martes, 28 de septiembre de 2010

La vuelta al trabajo

Coming back to work… Vuelvo al trabajo

Agradecimientos tras la batalla. Aunque queden muchas guerras por ganar.

Fue un buen comienzo. ¡Cómo una reina! ¿Sería real?

Gracias a todos los de Agacamt por apoyarme. Habéis sido una ayuda imprescindible para mí. Me habéis hecho crecer y curarme. Cambiar mi manera de pensar. Convertir lo negativo en positivo. Gracias a vosotros soy hoy una mujer más plena, llena de energía, positiva y ¡qué se quiere de lo lindo! Es más, creo que ya me estoy pasando jjjj. Gracias sobre todo a Antonio (papi ¡Te quiero no sabes cuánto!, a Mamen (mi hada madrina, la mejor que podría tener una princesa, porque así haces que me sienta, Te quiero), a Carmen (mi duende de la alegría), a Ramón (que me llena de amor desde las sombras), a José Manuel (siempre preocupado), a Ana (mi primer apoyo imprescindible para que sanase de mis graves heridas infligidas en continuos duelos), A Santi y sus abrazos de oso, a mi Elena del alma querida, mi pasional Elena, a Carlos, mi niño bonito, ¡quiero más abrazos!, a Heleniña y Beiña, que hoy, que estaba de los nervios han venido a estar conmigo y hacerme reír, ¡qué cómoda me hacéis sentir siempre, amiguiñas de toda la vida y del alma queridas, nadie me conoce mejor desde la cuna que vosotras, y ¡quiero que me presentéis al rubio ya! ¡Pero ya! ¡Ya estoy abierta! ;-), a mi amiga Montse, a Bea (la hermana que siempre quise tener y tengo en ti), a Pablo, mi queridísimo Pablo,  a Guillermo, el marido de Mamén y sus siempre buenos consejos. A mi amigo Kiko, que siempre ha estado ahí desde la distancia, ¡qué ganas de verte grandullón!, A Ricardo (Ferrol-conexión-Londres con amor), a Juan Buján y su mujer Rosa, a Juan Couce (por cierto, ¡Feliz Cumpleaños colega!, serás un año más viejo, pero estás cada vez más joven), a mis primos María José y Santi (tengo a toda la guardia civil apoyándome, jjjj), a Patri (Felicidades por tu niño, ¡es una monada!, ¡qué mira que tú eres guapa nena, pero ese niño aún es más guapo que tú, precioso, me encantaron las fotos!) y quisiera rendir homenaje a alguien a quien le diría: Nene, tú vales mucho... Norberto... nunca sabrás lo que ha significado para mí, aunque no tengamos mucha amistad, tu apoyo incondicional en todos mis juicios, tu honradez sin límites, tu bonhomía, todo tu ser está lleno de honradez y verdad... Conozco poca gente así como tú. De mayor quiero ser como tú, un ser tan integro que no hay ninguna grieta en él, así estás, tan joven y guapetón. Tú si eres el corajudo, no yo, pero gracias... Me encanta que me lo llames... Y para mí, ¡qué carambas! ¡Qué me lo merezco! porque al final he sabido luchar, defenderme, hacerme más fuerte y quererme cada día más, y he pasado el trago y seguiré luchando hasta el final. Parafraseando a Coque Malla, que ya sabéis todos lo que me gusta, deciros que ... es la hora de los gigantes y no queda sitio para nadie más... 

lunes, 27 de septiembre de 2010

El hombre que mató a Liberty Balance

 El hombre que mató a Liberty Balance

   

Hace un par de semanas me encontré con El hombre que mató a Liberty Balance en El Corte Inglés. Al verla di un respingo, me aceleré, salté sobre ella sin mirar para un lado ni para otro, porque quería hacerla mía. Recordé la primera vez que la vi de pequeña en el cine donde mi tío Pepe fue el contable toda su vida. Mi tío me dejaba entrar gratuita y sigilosamente a una edad muy temprana, a veces me dejaban ver las películas desde la sala de proyección, aquello sí que era una maravilla, lo recuerdo muy lejano, era muy pequeña, pero el sentimiento, de verme inmersa en aquellas viejas pero actuales películas, era incluso mucho más fuerte que el de Toto cuando las ve en Cinema Paradiso. El día que di con ella la pagué rápidamente y me fui a casa a saborearla. Volvió a gustarme. Siempre ha estado entre mis favoritas. ¡Sin lugar a dudas es un John Ford con dos cojones! Toca tantos y tantos temas que se entrelazan en sus extremos: La razón contrapuesta a la ira. El amor y el desamor. La crueldad y la bondad. La hospitalidad y la brutalidad. La fuerza y la debilidad. La valentía y la cobardía. La gallardía de la razón. La honra y el deshonor. Habla de la aventura de aprender, de enseñar y de saber. Y casi, hasta me atrevería a decir que le da a casi todos los palos, de la vida y de la muerte. Sobre la vida habla de la valentía y de la cobardía de vivirla. De ganar y de perder. Y sobre todo de los caminos inescrutables por los que no lleva, incluso cuando aún no nos los hayamos planteado para nosotros en nuestro camino, porque la vida es una caja de sorpresas, como le pasa al personaje de James Stewart en la película, que llega a caminos que ni siquiera se había planteado. ¿No será que la vida nos lleva de la mano de esos caminos que nos vemos inexorablemente llevados a recorrer…? ¿No será que existe cierta predeterminación para cada uno de nosotros?  ¡Ay la vida!… ¡ay sus caminos!… ¡Y ay la muerte…! ¡Nos habla de la muerte en primera persona desde el inicio mismo de la película, de la muerte que nos trae recuerdos que no podemos borrar, que nos hace pensar qué hubiera pasado si hubiésemos seguido los caminos que nosotros mismos nos prefijamos o los que la vida nos pone delante y nos llena de preguntas que ya nunca jamás serán resueltas… La muerte que nos llena de dolor pero incluso me atrevería a decir que también de gozo por haber vivido, sentido, reaccionado.


domingo, 26 de septiembre de 2010

Tropiezos y caídas de la ingenua explosiva

Tropiezos y caídas


Tengo un amigo cangrejo como yo, uno en virtual flesh (debe ser de carne y hueso, aunque hasta ahora de carne y hueso virtual y aún encima descoyuntado el pobre), al que según me ha contado se le ha caído un nacho encima el otro día de unos 90 kilos y ahora anda con una bolsa de cereales colgada del cuello para sanarse. Qué cosas más extrañas hace la gente! ¡No me atreví a preguntarle qué tenía que ver la bolsa de cereales a la hora de sanar su cuello!, bueno, el caso es que el chico está como una mierda. ¿No será que estamos despistados los cangrejos, después de haber pasado por la fase de licantropía tras la luna llena? Me pregunto si puede ser que la luna menguante merme nuestras constantes vitales y de paso nuestra fuerza, a la vez que aumente el despiste... porque a mí no se me cayó nadie de 90 kl encima de mi cuello (La verdad es que el chico debe ser duro como un roble para no haber finiquitado tras aguantar un peso así sobre su cuello, además el impacto debió ser considerable pues fue mientras jugaban al basket y me imagino que el de 90 kl vendría empujado por cierta velocidad…), he de admitir que yo que me reía cuando me lo contó, haciéndome una imagen mental de la estampa, y poco después, alá, voy yo y me caigo, en una de esas caídas despistadas por casa cuando iba a coger un libro. Claro, fue el peso de la cultura, que ya me dice Pablo cada vez que viene a mi casa que si un día se me cae encima voy a desaparecer entre el. El caso es que ahora tengo el dedo meñique de la mano derecha como un chorizo de gordo, y el dedo meñique de la pierna izquierda también está hecho polvo, y ando con el thrombocid a cuestas... ufff!!!! Empezamos bien el día... la tarde… menos mal que vendrán Heleniña y su novio a visitarme y luego iremos de paseo con Beiña… que saldrá un tanto cabreada del trabajo y hay que hacerle que se le olvide. Pero...Ya veremos qué me pasa en la calle… Y es que llevo a cuestas mi signo de cangrejiana, y voy a confesarlo de una vez por todas, pero ustedes no me lo achaquen a mí, ni a mi signo, para que creer en ellos… nunca leo sobre ellos en los periódicos ni en las revistas… además a cáncer siempre lo ponen como el peor… al que siempre le pasan cosas raras y extravagantes… de verdad, que voy a confesar la verdad:

 I confess: Soy la mujer más despistada del mundo, si existiese una mujer despistada en un circo, algo así como la mujer barbuda, yo sería esa… Aunque Charlie Harper (de Two men and a half (Dos hombres y medio) dice que “una mujer despistada es una mujer feliz”, y a mí me encanta esa definición, así que sí, quizá en el fondo me gusta ser despistada, porque está en mi ser el serlo, como ser...


sábado, 25 de septiembre de 2010

Isla

Isla


Cada ser humano es una isla. En el mejor de los casos, pertenece a un archipiélago. Aún así, cada isla es distinta de las otras. Algunas son fértiles, pródigas, ubérrimas. Otras son áridas, magras, resecas.

Cada ser humano es una isla, donde sólo convive con su conciencia y en ocasiones con un lago quieto que le informa sobre qué rasgos asume su rostro de náufrago.

Cuando el ser humano se aburre de su soledad, entonces se comunica con otra u otras islas, a nado, o en balsa, en lanchas o en canoas. Y en la otra isla conoce a otros náufragos y también a otras náufragas, y a veces se enamora.

El amor une a las islas como una corriente. A veces dos islas copulan y nace un islote.

Mario Benedetti.- Vivir adrede

El acoso de Ana Jiménez Cachaza

El Acoso de Ana Jiménez Cachaza

Yo diría en primer lugar que el “acoso” es algo intangible, y como intangible, difícil de definir. Para Ana el acoso supuso la total denigración de sus propias e innatas aptitudes y capacidades como trabajadora. Denigración que fue más allá, llegando a convertirse en su caso, como en muchos otros, en una experiencia viva de violencia psicológica que llegó a traumatizarla de tal manera que se convirtió en terrorismo psicológico por parte de su acosador, lo que llevó a Ana a atravesar una depresión, a conquistar fobias e incluso a aislarse de su entorno vital para centrarse en mi misma y su propia desesperación, encerrándose en un capullo, en un nido, del que no quería ni podía salir en sus primeros estadios.

El acoso al que se vio sometida durante varios años laborales transformó su vida de manera absoluta e hizo que diese un cambio de 180º, por no decir de 360º, ya que aunque la cambió, y eso es inevitable, no logró finalmente cambiar su esencia. Pero no todo fue negativo, pues sinceramente pienso que tras cada una de las experiencias negativas que enfrentamos en la vida debemos sacar algo en positivo, y así fue, el sufrir acoso, cosa que en la vida jamás hubiera imaginado que podría pasarle tras tantos y tantos años de buena experiencia laboral hizo crecer en ella un sentimiento de comprensión y respeto hacía el sufrimiento de otras personas, e hizo que naciese en Ana, fortaleciéndose a cada paso que daba y sigue dando, el deseo de querer ayudar a los demás, sobre todo a personas que habían pasado, están pasando y pasarán por esta problemática social, la cual ella considera una lacra en nuestra sociedad actual. Una lacra que vivimos y seguiremos viviendo los trabajadores mientras existan jefes mediocres, mercenarios y sadomasoquistas que ejercen el poder sin importarles a quien pisan mientras ellos lleguen a sus metas, pisando a las personas que trabajan para ellos, que además, y está probado en múltiples estudios, suelen ser los mejores y más productivos trabajadores de la empresa, a quienes a veces se les pisa y se les acosa por envidia y celos malsanos, sin importar aquí sus logros, todo con tal de seguir creyéndose el gallo del corral, y mientras siguen pisando bajo su bota incluso a aquellos trabajadores más comprometidos y reconocidos de su empresa, tal y como fue su caso.

Hoy en día la base de la problemática del acoso se basa sobre todo en la falta de difusión de información en los medios. Todos los días vemos que tienen cabida en la televisión noticias sobre acoso sexual, violencia de género, etc., cosa que está muy bien, pero del acoso moral en el trabajo se ven pocas o casi ninguna noticia en nuestros medios de comunicación, tanto escritos como audiovisuales, el acoso moral en el trabajo casi no aparece, parece que ni existiese, entonces, debemos preguntarnos el por qué, ¿acaso no será que muchos acosados nunca llegan a denunciar por diversos miedos, siendo el más rotundo el miedo a perder un trabajo (sobre todo actualmente que vivimos una grave crisis económica que afecta al empleo) y luego verse obligados a buscar otro que no saben si llegará, y que de cualquier manera, si adoptan la decisión de denunciar, de dejar su trabajo actual y buscar otro, éste cambiaría su vida planteada tal y como estaba y en la que probablemente se sentían acomodados y felices? A veces la balanza se inclina hacía la decisión de no denunciar, pero debemos de concienciar a la sociedad de que sí se debe denunciar, porque si no lo hacemos estaremos permitiendo un abuso que posteriormente padecerán otros en nuestros respectivos trabajos.

La legislación vigente tampoco ayuda mucho. Actualmente el acoso no se juzga como tal, o acudes al juzgado por la vía de los Derechos Fundamentales o tienes que probar, tras una larga baja por depresión, ¡real y no imaginaria!, que ésta enfermedad ha sido provocada en el trabajo en el que sucedió el delito (porque para Ana, como para tantos otros acosados, el acoso es un delito y de los más graves por las consecuencias que acarrea, tanto a nivel físico como psicológico), y mientras tienes que pasar por interminables pruebas hasta que puedes ver reconocido el cambio de contingencia de enfermedad común a enfermedad laboral y de esta manera el siguiente paso es acudir al juzgado y denunciar el “acoso como accidente laboral”, como le pasó a ella, primera mujer en Galicia a la que se le vio reconocido el acoso como tal. Por todo ello, por todo este largo camino que recorren los que finalmente deciden denunciarlo, tras años y años de lucha, creo que se deberían modificar las leyes, que los jueces deberían escuchar más casos de acoso, acudir a charlas y debates e incluso a jornadas proyectadas por grupos como las jornadas que la asociación AGACAMT, de la que Ana es vicepresidenta en Galicia y presidenta en Ferrol, organizó con la ayuda de la Escuela Universitaria de Relaciones Laborales, y que proyectan cada año. Jornadas en las que este año solo hemos visto entre ponentes y público a dos letrados, los dos como ponentes (abogados que ya llevan años luchando contra esta lacra, una de ellas una excelente abogada ferrolana que colabora con la asociación y el otro el propio abogado que llevo el caso de Ana). Por todo ello se debería concienciar a la sociedad y a los estamentos públicos. Incluso existe un borrador de proyecto de ley de un jurista tan importante como es Ramón Gimeno Lahoz, borrador que va pasando de mano en mano como la falsa moneda, que nadie se la lleva.

La conclusión es que el acoso moral en el trabajo, que existe, y mucho, y del que Ana puede dar constancia por el masivo recibimiento que tanto ella como otros miembros de su asociación dan a personas acosadas de todos los ámbitos de la sociedad y la empresa, tanto pública como privada, debería estar más presente en los medios de comunicación, a la vez que los juristas deberían pensar más en ello y en buscar formas para modificar las leyes actuales considerando una ley contra el acoso moral en el trabajo, estableciendo penas, así como indemnizaciones mayores para el acosador, que normalmente es el que sale mejor parado, ya que busca que el acosado se marche de la empresa, o bien por voluntad propia, cuando no es capaz de soportar más la situación, o bien ofreciéndole una resolución de contrato como un despido improcedente con una indemnización irrisoria, y aquí cito las palabras del juez Gimeno Lahoz en las que considera que el acoso es muy fácil de llevar a cabo y que el despido aún más cuando le sale por “coste 0” a la empresa. En su libro La presión laboral tendenciosa: El mobbing desde la óptica de un juez dice lo siguiente: “El hostigamiento sistemático al que se ve sometido un trabajador que se ha opuesto a la empresa (ej. porque ha solicitado la aplicación de una determinada legalidad de horas extraordinarias, convenio colectivo aplicable, etcétera), no solo busca que esa persona abandone la misma por haber osado enfrentarse a ella — pues la empresa fácilmente podría indemnizar al trabajador con la cantidad que establece el ET, y resolver lo que considera un problema —, busca que ello se produzca voluntariamente, o lo que es lo mismo, con “coste 0” para la empresa, pues el comportamiento empresarial contra ese trabajador díscolo se convierte en ejemplarizante para el resto de la plantilla”. Y ale, a la calle, al paro, a buscar trabajo otra vez, a cambiar tu vida, cuando ya has sido hundido tanto moral como psicológicamente, cuando ya el acoso ha llegado a sus vidas, anteriormente normales como las de tantos otros, para transformarlos en un constante sin vivir de angustia, que ya había destrozado, en todos los ámbitos, tanto su vida laboral como en la mayoría de los casos su vida personal y familiar. Porque no hay que olvidar jamás que el acoso no sólo se cobra una víctima, el acosado, sino que también se lleva por delante a los que están más cercanos. El acoso cambia la vida del acosado, pero no sólo lo cambia y lo padecen ellos, sino que también lo viven sus allegados, familia, amigos, etc., porque durante un tiempo el acosado no puede dejar de hablar de ello, e incluso se vuelve cansino y también puede suceder que cuando busca un apoyo, alguien que normalmente suele ser muy allegado, le puede llegar a decir cosas del estilo: ¿Y no serás tú el/la culpable? ¿Y no serás tú el/la que lo propició todo con tu carácter?, y entonces se encuentra aún más solo/-a, triste e incomprendido/-a porque no encuentra el apoyo moral que busca y tanto necesita para sobrellevarlo, sobre todo cuando lo único que trataba de hacer, como fue en el caso de Ana, es defender sus derechos como trabajadora, y lo que es más importante: como persona, porque no hay que olvidar que en una situación tan dramática como el acoso moral en el trabajo lo que subyace al acudir al juzgado es una búsqueda continua del honor satisfecho, de la honradez probada y del reconocimiento como buen trabajador, sino no se denunciaría como se viene haciendo ni se lucharía tanto contra esta lacra de la que nadie, y repito: nadie, está libre de padecer.

En la vida de Ana el acoso al que fue sometida abrió brechas incluso en un matrimonio enamoradísimo y en una familia consolidada. Sus hijos no entendían lo que le pasaba, eran relativamente pequeños y veían a su madre como si fuese una autómata, pero gracias al tremendo amor que se profesaban esas brechas se superaron, pero no siempre pasa así, y en su caso también podrían no haberlo hecho pues al principio Ana cayó en una profundísima depresión que la hizo aislarse hasta de sus seres más queridos, a sufrir un agotamiento tanto mental como físico, con el consiguiente deterioro de su salud. Ana se veía en un túnel del que no podía salir, en un círculo vicioso y cerrado, hasta que por fin entró en conocimiento de una asociación, AGACAMT, que lucha contra esta lacra día tras día, pasito a pasito, y vio que había luz al final de aquel túnel y finalmente salió de ese lugar oscuro en el que se encontraba, y su perspectiva de vida cambió, de forma inesperada encontró el apoyo que tanto necesitaba en compañeros que habían y estaban pasando por lo mismo y la apoyaron, y así fue como su vida dio un giro inesperado que la hizo centrarse en ayudar a gente que está pasando por lo mismo que ella pasó. Y sí, he de decir que tras padecer mucho sufrimiento Ana encontró la esperanza no al final del túnel sino en medio del camino, porque queda mucho aún por andar y este camino no tiene fin. AYUDAR, COMPARTIR, CONCIENCIAR, ese es el camino que Ana se propone cada día.

Y sin excluir a nadie, puesto que hay mucha gente que padece acoso a diario, Ana les diría a los hombres y las mujeres que pudiesen estar ahora leyendo esto que no hay otro camino para ayudar al que está enfrente, a tú lado, más que la SOLIDARIDAD, sobre todo a los que trabajan con acosados, a los que ven el acoso que les hacen a sus propios compañeros/-as a diario, a esos les diría que no miren nunca hacía otro lado, que no sean cobardes ante el acosador, que no callen, que lo enfrenten, con coherencia e inteligencia, y sin miedo, y a poder ser, porque a veces las situaciones nos sobrepasan y nos llevan a sublevarnos ante tanta injusticia laboral, que enfrenten el acoso de sus compañeros/-as desde el respeto, tanto al jefe, como al trabajador, pero sin callarse las injusticias que puedan ver, porque también nosotros los acosados somos dignos de respeto y merecedores de apoyo moral.

Diría para terminar que vivimos en una sociedad enferma de valores tales como la dignidad, el respeto y la honradez, bases para un trabajo responsable, y que solo nosotros podemos cambiar. ¡Hagámoslo! ¿Por qué no luchar con la misma fuerza contra una de las lacras que más acecha y acechará a la sociedad dentro de los tiempos que vivimos?

Biografiado por Isla Fernández para Ana Jiménez Cachaza, con todo mi cariño y respeto a quien constituyó mi primera balsa hinchable de curación y apoyo.

Contra las cuerdas: La lucha de una acosada

Contra las cuerdas:

La lucha de una acosada


En un diario de importante difusión se publicó en febrero pasado una noticia informando del "Despido nulo de una docente", y únicamente en lo que a mí, como principal aludida, concierne, he de decir que no contiene una información completa sobre la sentencia de despido nulo fallada. No solo se declara nulo el despido de la profesora (y hasta ahí es donde llega la noticia del periódico, sin comentar el resto de la sentencia, lo cual a mi manera de ver sería de lo más procedente) también se dice que la trabajadora deberá ser repuesta inmediatamente y en sus anteriores condiciones laborales con el abono de los salarios dejados de percibir hasta que se readmita, además de una indemnización, citándose en la sentencia que dicha indemnización es por ACOSO LABORAL... Esto último se obvia en la noticia aparecida en el periódico, no aparece por ninguna parte y sinceramente creo que es algo que debería ser mencionado por su relevancia.

Me hubiese gustado que se publicase la noticia completa. Que se dijese lo siguiente que es lo que dice el juez en dicha sentencia. A mi desde luego me parecen cosas muy fuertes. Cosas tales como:

"Se consideran indicios de vulneración del derecho a la indemnidad del Art.24 de la Constitución"

"En verdad hubo "persecución y represalia anticonstitucionales" por lo que el despido se considera nulo"

"No existe mala fe ni trasgresión de norma alguna al exponer una sentencia, incluso podría ser recomendable tal exposición; y también su entrega a la empresa contratante por la vinculación con la enseñanza allí impartida. Podría ser concerniente o de obligatoria existencia tal exposición pública. Por ello considero que el verdadero motivo del cese está en "cortar" la actuación de la trabajadora al impugnar ante el Juzgado "al menos cuatro situaciones laborales".

"Ejercicio abusivo de la potestad disciplinaria que se transforma en autoritarismo contrario al derecho de acudir a los Jugados de lo Social cuando se estime por alguien que se ha vulnerado algún derecho; aquí habían sido hasta ahora de tipo legal laboral ordinario (cesión ilegal, sanciones, modificación sustancial) pero que finalmente acabaron en la vulneración anticonstitucional"

"Indemnización: en 6000 euros, por acoso laboral"

       
"Fallo de su señoría en 1ª instancia":

"El cese ha sido un despido nulo del que debe responder la empresa subcontratada reponiendo a la trabajadora en sus anteriores condiciones laborales con el abono de los salarios dejados de percibir hasta que se readmita a razón de 32 euros diarios y que solo hasta hoy son 3.040 euros; y además de entregar la indemnización de 6.251 euros"

Pues todo eso lo dice su señoría, el señor juez, no lo digo yo. Lo que yo sí puedo decir es que detrás de eso hay mucho sufrimiento. Muchísimo.


¡Muy fuerte! ... ¿o no?... Imagínense ustedes todo por lo que ha tenido que pasar la parte actora, que soy yo misma, estos últimos meses, además de las múltiples calumnias e infamias que sobre mí circulan por mi lugar de trabajo...Y el tener que aguantar que más de uno me hubiese dicho que me replantease el quitar mis denuncias, que era David luchando contra Goliat (lo que a la mayoría se les pasa por alto es que David venció a Goliat). Me pase un tiempo pasándolo muy mal, tremendamente mal, y me vi muy afectada, baja de moral y sin ganas de nada, incluso se me paró el reloj y durante mucho tiempo decidí no vivir, me encerré en mi misma, en mi introspección, en mi dolor, y aún a día de hoy, de baja, tengo recaídas todos los días pero sigo levantándome cada mañana intentando luchar, aún en proceso de adaptación, acostumbrándome a mi nuevo ser, a quien soy ahora, porque ya no soy la misma, de alguna manera a aquella de antes la han matado. Queda mi esencia, pero he dejado de ser aquella para ser otra. Me gustaría seguir con mi vida en el punto donde se me escapó de las manos en junio del año pasado. Pero las cosas son así y no hay caminos de retorno sino caminos secundarios que quizá nunca hubiésemos pensado en tomar y son los que nos llevarán a una nueva vida que debemos aceptar y asumir aunque nos cueste. Y con ganas. Eso sí, os diré que me levanto cada mañana con la cabeza bien alta, cosa que no pueden decir muchos. Puedo mirar directamente a los ojos de la gente. No le debo nada a nadie. Solo a mí misma. Y aunque es cierto que lo he pasado muy mal, me siento muy orgullosa de lo que he hecho denunciando mi situación laboral y jamás me arrepentiré de ello. Ya os he dicho que lo he pasado mal y que el camino ha sido tortuoso pero estoy orgullosa de que la luchadora que hubo siempre en mí hubiese visto la luz desde finales del infame mes de junio del año pasado cuando todo comenzó. Yo solo quería trabajar tranquila y en debidas condiciones, así como hacer bien mi trabajo que es mi vocación y una de las cosas que más me gustan del mundo, y para lo que me he preparado durante años y años de estudio y sacrificio. Después de ser "repuesta a mi puesto de trabajo" como dice su señoría, lo pasé mal, ¡cómo no!, pero sintiéndome tremendamente orgullosa de la mujer que soy. Gratificada y luciendo la mejor de mis sonrisas... aunque por dentro estuviese llorando mil lágrimas de sangre. ¡No quiero tener más miedo! Ahora me siento más fuerte y lo único que han conseguido es que tenga más y más ganas de luchar por lo que considero de justicia. Y siempre yendo con la verdad por delante, siendo persona, que es lo más importante para mí.

… Ahora solo me falta apuntarme al gimnasio, quizá lo haga mañana, bueno, tal vez espere al lunes que es día uno... es que últimamente estoy un poco vaga saben. Quizá en vez de pesas y spinning, que es lo que llevaba haciendo toda la vida antes de todo esto, tal vez decida apuntarme a las nuevas clases de boxeo que me ha comentado Manel, mi monitor de toda la vida. Me ha dicho que así podré descargar toda la adrenalina que llevo dentro... ¡Qué es mucha! ¡Créanme!

¿Qué os parece? ¿Alguien se apunta a hacer de sparring?

¿O conmigo no?

¿O con nosotros no?


Nota: una vez repuesta en mi puesto de trabajo y aunque con la cabeza bien alta y orgullosa de mi misma, caí de baja por depresión por acoso laboral y stress post-traumático en menos de tres semanas, y no porque yo la quisiera, sino porque mi médico me forzó a cogerla de lo mal que me vio, y es que al final de todo el stress de pasar por cinco juicios y aguantando carros y carretas en mi puesto de trabajo mi organismo estalló. Fui a visitarlo debido a un bulto que me había salido en un ojo y un tremendo moratón que parecía que me habían dado de ostias. El moratón era un derrame del bultillo de marras, bulto que pudo haber sido provocado por la tensión ocular debido al stress. Ese mismo día mi médico me vio tan hundida que me propuso la baja, baja que en ningún momento yo pedí, ya que acudí al médico solamente por el bulto y el moratón en mi cara, asustada porque no me bajaban ni una cosa ni otra, después de cuatro días. Durante ese tiempo no quise faltar a mis obligaciones y acudí a trabajar en esas condiciones que les estoy contando, puesto que tenía pánico a lo que pudiese pasar si no iba, atendiendo a mis obligaciones laborales hasta el final y aguantando a una coordinadora, enchufada por el cargo de su marido, que me gritaba constantemente, me trataba de malos modos y me impedía hacer mi trabajo. Aún así, creo que vale la pena denunciar. No solo por mí misma, sino también por todos los que puedan sufrir una situación similar a la mía y/o peor. Tengo días regulares y peores, sigo soñando con tenerlos mejores, e igualmente sigo luchando e intentando gritarme cada día el título de una película de Susan Hayward: ¡Quiero vivir!, a veces lo hago en voz alta, a veces es una voz que casi pende de un hilo la que se asoma a mi cerebro y me lo susurra al oído. A veces ni la quiero escuchar, a veces me hago la dormida, pero cuando me despierto y finalmente la escucho acabo dándole la razón y trato de convencerme cada día y a cada momento de mi existencia de que vivir es luchar contra las injusticias, luchar por la dignidad de las personas, luchar por los derechos de los trabajadores, luchar por la igualdad, etc., etc., etc.…



Dedicado al Presidente de Galicia, a la Presidenta de Ferrol y a toda la Junta Directiva de AGACAMT, así como a todos los Socios, que me recibisteis un día con los brazos abiertos y que me habéis acogido desde el primer momento en que acudí a vuestras reuniones. Hicisteis que la palabra esperanza volviese a adquirir significado para mí y que esté volviendo a recuperar mi dignidad como persona. Espero ser una más de vosotros y aportar mi pequeño granito de arena en todo lo que sea posible. Dedico también estas letras a los socios futuros. Por la unidad en la lucha. Con todo mi cariño y admiración hacía vuestro trabajo.


La anterior sentencia de 1ª instancia, ya mencionada, a mi favor fue recurrida por la empresa y finalmente ratificada, otra vez a mi favor, por el TSJG a fecha:



"A Coruña, catorce de octubre de dos mil nueve"



"La sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Galicia, compuesta por los Sres. Magistrados citados al margen y en nombre del Rey ha dictado: "



"Fallamos":



... "Debemos confirmar y confirmamos la sentencia recurrida con condena a la empresa demandada recurrente de los honorarios del letrado impugnante del recurso por importe de 200 euros"

Septiembre del 2009
Isla Fernández

Tercer Grado a una Acosada

Tercer grado a una acosada


Así es como me siento desde junio del año pasado: ¡Acosada! ¡Acosada y también juzgada! Juzgada como si fuese una delincuente cuando es a mí a quien han hecho el daño. Fíjense bien en la mirada de Gene Tierney/ Laura. Mucha gente diría que esa mirada desafiante pertenece a una persona culpable. Pero los que somos inocentes y tenemos que probarlo sabemos muy bien que con frecuencia nos sale la mirada desafiante del que se sabe inocente, maltratado y vilipendiado, siendo muchos más los calificativos que aquí no cabrían, ya que llenarían páginas y páginas de los diarios más independientes de un país. Me identifico con la mirada de la mujer de la fotografía, desafiando a su acosador, porque yo soy así, me atreví a enfrentarme a él, a enfrentarme a tantas y tantas decisiones arbitrarias que yo consideré injusticias, a enfrentarme sencillamente a lo que no es de ley. En mi lucha particular, iniciada en completa soledad el año pasado, ya he lidiado unas cuantas batallas de las que he salido victoriosa, y sé que aún me queda un largo camino por delante, pero son esas, las pequeñas batallas, las que ganan una guerra. Y cuando tú eres la única persona que lucha en el campo de batalla contra un regimiento es difícil, la coraza protectora que usamos para parar los golpes se acaba resquebrajando y rompiendo, pero aún así sigues adelante, por honor, por justicia, por dignidad, y aunque esas sean palabras pasadas de moda en el vocabulario de una sociedad presidida por la corrupción y la mentira, yo, yo lucho por ellas, porque las siento muy presentes en mi diccionario personal. Además ahora ya no estoy sola, ahora cuento con el apoyo de una serie de personas que han sufrido directa o indirectamente una situación similar a la mía. Ahora que los he encontrado me siento arropada. Eso me da más fuerza.

Desde que todo comenzó llevo marcada a fuego esa mirada en mi mirada. A menudo me siento como Gene Tierney/ Laura cuando Dana Andrews/ Mark McPherson le está haciendo el tercer grado. Y me dan ganas como a ella de gritarle al mundo mi verdad. La única que existe. Quizá un día lo haga y me cobre con ello el sufrimiento por el que he pasado todo este tiempo. Laura tuvo suerte. Mark no fue su verdugo, ni su acosador, fue su juez, el que la creyó cuando le contó su verdad. También, para ser exactos, hay que decir que en la película Mark, a través de la lectura del diario y las cartas personales de Laura siente que esa mujer es inocente, se identifica con sus valores de lealtad, sana ambición, y sobre todo con la búsqueda del trabajo bien hecho que siempre había perseguido Laura. Mark no necesitó nada más. Tan solo la verdad, intima y desnuda. Y aunque una película es ficción, ¿cuántas veces esas ficciones que vivimos en el cine se parecen sorprendentemente a nuestras vidas?, y eso sin contar las que se basan en la realidad. Y como dijo el más conocido activista de los derechos humanos, Martin Luther King: “I have a dream… (Yo tengo un sueño…), pues como él yo también tengo un sueño. Yo sueño con tener la fuerza que me lleve a luchar contra la injusticia del acoso, contra la vulneración de los derechos fundamentales de las personas que simplemente quieren hacer bien su trabajo. Yo tengo un sueño, sueño con que los sistemas esclavistas encubiertos que nos quieren imponer algunos en nuestro ámbito laboral sean finalmente abolidos. Yo tengo un sueño y hay mucho trabajo por hacer, mucho… ¡Hagámoslo juntos!

Me han pasado muchas cosas este año y la mayoría de ellas nada buenas, pero lo peor ha sido que me hayan difamado como lo han hecho… Por un lado me importa una mierda porque yo sé como soy y mi conciencia está tranquila, pero te pueden hacer mucho daño con la mentira. ¿Recuerdan el dicho: “Difama que algo queda…"? Pues queda… y hay que ser muy valiente y consciente de quien eres tú como persona para sobrellevarlo trabajando en un ambiente hostil y difamatorio.

Desde muy niña he sentido verdadera fascinación por esta película y nunca supe el por qué. Tal vez fuese un presagio de lo que estaba por venir. ¿Por qué no me habrán fascinado más otras donde la heroína es una muchacha alegre y despreocupada a la que solo le pasan cosas que la hacen feliz? Aunque ahora, a costa de mil lágrimas de sangre que han forjado mi carácter actual de un solo golpe, sé que prefiero que el mío se parezca más al combativo de Laura que no al complaciente de Blancanieves.
Septiembre de 2009
Isla Fernández

Una tragedia que fue y otra que pudo haber sido


Una tragedia que fue y otra que pudo haber sido

Gracias Antonio por tus palabras, te quiero, pero justamente tú me has hecho más fuerte y no temas porque vuelva a aquel punto... ¡No lo haré! ¡Sólo batallaré! Aquel punto ya es un River of no Return!

Este es el mensaje que le envié a Antonio Paris, presidente de la asociación Agacamt y mi padre postizo como suelo yo llamarle, tras la tragedia de la muerte de una acosada de Coruña. Este es el que me envió él y de cómo supe de la tragedia acontecida:

"Isla, acabo de enterarme de una gran desgracia. Una chica de Coruña a la que Ana y yo recibimos el pasado mes de mayo, y de la que después no volvimos a tener noticias, parece ser que se ha suicidado. No sabemos cómo ha sido y no conocemos los detalles, pero vamos a reunirnos para ver que hacemos, y visitaremos a su compañera de piso en Coruña para que nos informe de todo.

Ahora entenderás porque estaba yo tan preocupado cuando tu no atendías las llamadas ni respondías a los correos. No quiero ni pensarlo, pero se me pasaba por la cabeza algo así, y temblaba. ¡Ni se te ocurra jamás........!. Tú nunca estarás sola ante tus problemas, al menos mientras yo viva".
Besiños, besiños y cuídate mucho”.

Éste que reenvió es un e-mail del presidente de la asociación AGACAMT (Asociación Gallega contra el Acoso Moral en el Trabajo), a la que pertenezco desde finales de agosto-septiembre del año pasado. He de confesar aquí, y esto es algo que me cuesta mucho hacer, que mientras escribo esto estoy temblando y llorando de rabia por la tragedia ocurrida el día 9 en Coruña y pensando en que a mí me pudo pasar lo mismo, que yo lo intenté varias veces, primero en enero del 2009, aquí he de decir que no tenía ayuda de ningún tipo, me acababan de despedir en noviembre, injustamente, como luego dictaminó el juez que declaró mi despido NULO, cuando habían desaparecido los apoyos y los amigos... que alguno de ellos/-"A" (también compañeros que no me conocían, de la misma empresa, pero que trabajaban en otras instalaciones, e incluso un compañero nuevo venezolano, ¡para colmo venezolano!, y no por hablar mal de los venezolanos, para nada ¡que me caen especialmente bien, sobre todo los luchadores y los del tipo de Boris Izaguirre, al que le compro todos sus libros que son de una inteligencia, ironía y sensibilidad bellísima, pero por la problemática social y laboral que están viviendo en su país lo que hizo este personajillo me pareció demencial y de muy baja calaña, pues éste ante mi sorpresa al verlo a las puertas de la sala y comentarle a mi abogado quien era y que estaba sorprendida por verlo allí, éste, cuando le llego su turno para declarar dijo que consideraba que yo era una mala trabajadora puesto que le pedía a mi jefe todas sus ordenes por escrito (testimonio que el juez no tuvo ni en cuenta y le resultó inclusive irrisorio, ya que nada más malo pudo decir de mí, eso sí, no hablo de cómo le enseñe a moverse en el mundo de nuestra empresa, de cómo tenía que hacer una u otra cosa y de todos los consejos bienintencionados que le di durante esos dos meses que coincidimos en el mismo despacho, incluso él buscaba mi ayuda, cercanía y consejos y me invitaba a cafés. ¡Un vendido más y un trepa en este mundo del acoso laboral!), y ¿cómo no le iba a pedir las ordenes por escrito cuando mi jefe incluso llego a ponerme una sanción falsa, revocada totalmente por el juez en el mismo momento del juicio, aludiendo ¡qué no me había presentado a trabajar! y cuando yo tenía pruebas de que eso era falso. Lo único que yo trataba era cubrirme las espaldas. Pues este “compañero”, por llamarlo de alguna manera, que me conocía de dos meses y al que siempre traté con el mayor de los cariños, porque yo soy así, declaró junto con los demás en mi contra.... ¡ante mi mayúscula sorpresa!. Piensen aquí lo que quieran... Compañeros, que no me conocían, o me podían haber visto en un par de contadas ocasiones, ¡declararon contra mí!, ¡mi mejor amiga en aquel momento, la persona con la que tenía más trato a diario declaró contra mí, después la ascendieron y le dieron un poco más de "dinerillo" en su paga mensual y además acabo haciéndose con mi puesto de trabajo mientras yo estuve de baja, haciendo exactamente las mismas labores que yo tenía asignadas, copando mi mesa y mi ordenador y borrando todo lo mío, incluso metiendo mis trabajos en bolsas de basura en un armario y borrando lo que yo había dejado trabajado en archivos del ordenador del despacho, y todo esto cuando ella antes trabajaba en otra instalación y no en la mía, nunca antes había trabajado en mi despacho, en mi instalación y en mi puesto físico de trabajo...Aunque no hay mal que por bien no venga, al final me deshice de lastres y pesadas cargas, como sigo haciéndolo ahora cuando alguien no me merece la pena ni me aporta nada, y lo hago con un chasquido de dedos, emulando a mi querida Heleniña ;-), y hoy mi vida ha cambiado y es de lo más plena que yo pudiera haberme llegado a imaginar que sería, pero de aquella yo me encontraba sola, muy sola, sin una red social en la que apoyarme, y sin ayuda de nadie, sin apoyos familiares, que pensaban o pensarían que era una forma de llamar la atención (cosa totalmente incorrecta pues estaba destrozada por todas partes) o de amistades de ningún tipo, también es muy cierto que quizá yo no me dejaba ayudar, pero lo que Sí quiero dejar muy claro es que el Acoso en el trabajo no es ninguna broma, destroza tu vida hasta tal punto que nadie que no lo haya pasado se lo puede imaginar. Volví a intentarlo a principios de junio del 2009 ya bajo medicación pero sin que me viese un psicólogo, al que no vi hasta el 23 de junio de ese mismo mes y no le conté nada por miedo, por vergüenza... tampoco sucedió ninguna tragedia, y no les voy a contar lo que hice, simplemente que estaba desesperada, recibiendo un salario de baja ínfimo, tal vez, y no tal vez, sino que sigo creyendo que era así, para presionarme. Este junio aún he denunciado bajo la vía administrativa que mi empresa lleva desde mi baja cotizando por mí no lo que debería sino una cantidad mucho menor y que tampoco había cotizado los meses en los que estuve despedida antes de reincorporarme a mi trabajo tras una sentencia de despido nulo, ¡sorpresa para mí!, aunque ya me lo imaginaba y llevaba meses diciéndole a mi abogado que hiciésemos reclamación de cantidades, porque yo veía que mi sueldo era mínimo, bueno, pues también hasta ahí tuve que llegar.

A mi abogado nunca le hablé de esos intentos de suicidio porque no quería que me viese débil, ya que yo misma sabía que él se había expresado en esos términos con unos compañeros míos de trabajo, y le pido perdón desde aquí si no se lo dije porque no quería que me viera débil a la hora de poner una demanda, porque a esa hora soy como la Leona Herida de Babilonia, ¡voy a por todas! Sin embargo, y como dicen los ingleses, debe haber "Somebody up there" ("alguien ahí arriba") puesto que algo salió mal todas esas veces y aquí sigo, viva, y con fuerzas para encarar lo que venga ahora que tengo una red social que me ayuda, que me apoya, que me entiende, por eso creo que la asociación AGACAMT está haciendo un gran trabajo, allí he conocido a gente a la que debo la sonrisa con la que salgo a la calle todos los días, sobre todo a Antonio y a Mamen, mis particulares Merlín y Hada Madrina, a Ana, que fue mi primera tabla hinchable (que sigo hinchando todos los días Aniña) de curación y apoyo, a José Manuel (¡qué se va a salir! y a quien quiero un montón aunque no haya tenido la oportunidad de demostrárselo), a mi Elena del alma querida, mi querida, dulce, y reflexiva Elena (gracias por regalarme el otro día Cartas a Sandra, que sabías estaba buscando como una loca y lo encontraste antes que yo para regalármelo. Eres un lujo de amiga y compañera. A Carmen (mi pintora y Duende favorita, la niña de mis ojos, mi hermana, mi cómplice... Y a tanto y tantos, a Carlos que siempre estuvo ahí, como quien no quiere la cosa, intentando hablar de otras cosas, intentando distraerme, mi niño que siempre estuvo, en la distancia y en la cercanía, mi Carlos adorado, mi Carliños, y que no sabía de esto de la misa a la media porque no lo quería entristecer, cuando sé que lo pasó mal por mí (La mayoría de la gente a mi alrededor no lo sabe y se estará enterando ahora). A los abrazos de Pablo que me ofreció su amistad y sus oídos desinteresadamente, a los de Betty y a sus besiños todos los días, a sus niños y a todo el cariño que me dan desinteresadamente, que ya soy su tía postiza ;-) y me hace mucha ilusión ya que yo no tengo sobrinos propios, a los abrazos de Santi, sin los cuales no podría pasar... a los mensajes de Ramón que estos meses de marzo, abril, mayo... hicieron que siguiera viva, porque nunca se olvidó de mí y me tuvo entre sus afectos para que nunca me ahogase y saliese del agua en la que me estaba hundiendo, al exterior y respirando grandes bocanadas de aire, mi Ramón, que es único y lo hace sin que nadie se dé cuenta, escondido bajo las más hermosas sombras, pero que hizo que hoy pudiese llegar a donde he llegado, a los mensajes de mail de Antonio, mi padre postizo, el que yo hubiese querido para mí, el que yo hubiese elegido, el que me levantaba el ánimo cada vez que los leía...sin ellos seguro que no hubiese podido continuar... (Y me mandaba mensajes de mail porque yo no cogía el teléfono a nadie... No quería saber de nadie... Solo salía a la calle para ir a por la baja, a por mis medicamentos, algún día a la compra...). Hasta que a finales de mayo de este año, aún hecha una piltrafa, con dieciocho kilos de más y hundida moral y psíquicamente, tomé la decisión de que esto no podía seguir así tras otro intento fallido de suicidio después de una visita a mi vida, una visita del pasado inesperada y desgraciada, y que resultó fatal para mí... Y otra vez me decidí por el orfidal... no pasó nada... debo de ser muy fuerte, porque me tomé una caja entera, o quizá sea esa fortaleza mía que se esconde bajo mi caparazón y no me quería dejar ir… pero que ahora sé que está ahí, y que también me ha hecho llegar a donde he llegado en mi particular lucha contra todas las injusticias laborales que se me han planteado (¡todas ellas ganadas!, ¡qué no es decir poco!), o quizá sea porque ahora veo que una de las finalidades de mi vida es ayudar contra esta lacra, aunque tengo más... escribo, canto, rio, lloro (menos que antes ;-), agradezco las visitas a mi casa de amigas viejas de la niñez, infancia, adolescencia y más... como Helena, mi Heleniña (amiga de la niñez, recuperada por el azar de otro duende, Vicky, a quien espero ver pronto, así como a Beiña... mi siempre adorada Beiña...), después de habernos perdido una en Canarias y la otra en Birmingham :-). Ahora doy gracias, no sé a quién, pues ya no sé ni siquiera si creo en dios, solo sé que creo en mi misma y en mis fuerzas y energía para seguir adelante, y en las de la buena gente que me las aporta.

Mucha gente que me haya visto algún día por la calle puede que haya pensado que estaba bien durante este periodo, simplemente por el hecho de que me gusta ir bien arreglada, maquillada y vestida (aunque mis enormes ojeras, de pasar noches y noches sin dormir, y mi cara de tristeza, pues puedo decir que en más de un año no asomó a mi rostro ni una sola sonrisa, sin lugar a dudas debían mostrar como estaba por dentro) pero eso sólo era la máscara que ocultaba mi vergüenza por estar tan mal, porque sí, me avergonzaba de mi misma cuando no era yo la que debía avergonzarse sino él y/o los responsables de mi acoso, que fueron muchos y más de los que se pueden citar en una sentencia... Y aquí me quedo bien calladita, pero algún día verán la luz... porque el tiempo acaba poniéndolo todo en su lugar, como me sucedió un día en que todo un "hombre de honor", como él mismo se refería hacía si mismo, bajo el cual estuve a su cargo, y que testificó contra mí en dos juicios, se encontró conmigo por la calle (aquí hasta habría podido producirse una escena similar a la última de Solo ante el peligro, ¡menos mal que en el mundo actual ya no llevamos pistola en funda por la calle ni guantes que arrojar al contrario!), y hasta quiso saludarme (¡qué cara más grande, dios mío!) y al ver mi mirada pétrea, ya sin odio, ni rencor, ni rabia, solo pena hacía él, porque es lo que verdaderamente siento por él, pena de que no sea el hombre que yo creía que era, ni un hombre de honor como él dice que es... bajo la mirada, se sonrojó de manera que jamás había visto a un hombre sonrojarse... y bajo la cabeza justo cuando yo pasaba por su lado... Me quedé mirándolo aquel día como bajaba la calle, y seguía con la cabeza gacha, ¡todo un C--------- y hombre de honor! ¿Y ese era y fue uno de mis referentes en los años en que trabajé codo con codo con él...? ¡Menudo "el hombre de honor"!, y ¡Menuda Daisy que estaba yo hecha!, viviendo en nubes de color rosa, hasta que me di de bruces contra el suelo y choqué con la realidad de la vida, parafraseando aquí casi a F.Scott Fitzgerald y a su novela El gran Gatsby, también una de mis películas favoritas (la antigua con Alan Ladd, que ya sabéis de mi pasión por el cine... ¡No podía dejarlo pasar! Sorry! :-) ). Pues bien, y perdonad la digresión, quisiera decir que El ACOSO afecta a todos los ámbitos de tu vida, al profesional, al familiar, al sentimental (¡qué alguna oportunidad he perdido! ;-), pero no me quejo, ya vendrán otras), al de la amistad, a todos, a tus relaciones interpersonales, pero sobre todo nos afecta a los afectados por él, Yo tuve la suerte de aún encontrándome mal luchar contra las canalladas que me hacían (porque no quería ver un currículo impecable manchado, porque el trabajo ha sido para mí lo más importante en mi vida, y he dejado muchas parcelas vacías y afectadas por ello. He dejado de vivir cosas para tratar de ser la mejor (¡sin juego sucio, con ambición sana!) dentro de lo mío... ¡qué tampoco me pesa! Era lo que quería hacer y me gusta mi trabajo) y ganar 5 juicios que no es poco, de que me repusieran en mi trabajo tras un despido nulo y de que me indemnizaran económicamente por acoso laboral (en una sentencia de despido nulo, que aún no he denunciado el acoso y no sé si lo haré), persecución y represalias, vulneración constitucional, vulneración de mi indemnidad e incluso del art. 24 de la constitución, lo que es muy fuerte y dicho no por mí sino por un juez, pero he luchado y ganado mis personales batallas, y aunque, con vergüenza, he de decir que yo lo intenté varias veces, tomándome una caja entera de pastillas de orfidal y del mejor vino de mis padres, más que nada para que se jodiesen, pensaba yo, ya que echarían de menos más a esa gran botella de vino que a mí, o eso era lo que pensaba yo entonces...lo único que me pasó en las dos ocasiones en que lo intenté, viviendo aún con mis padres, es que me quedé dormida durante días... ni siquiera mis padres llamaron a urgencias, porque les daba vergüenza la situación, pero es que ¡a dónde vamos a parar cuando los acosados no tenemos ni apoyo en nuestras casas...! ¿Veis? ¿Veis hasta que punto afecta el acoso?, se descosen viejas brechas y se abren algunas nuevas… e incluso te echan en cara el haber denunciado al gigante…, “que quizá si no hubieras denunciado nada estarías igual que estabas, que quizá tu novio no te habría dejado (he de decir aquí que mi ex-novio trabaja en la misma empresa), que aunque trabajases poco (trabajaba como una negra con un contrato de horas menor a las horas que hacía y que se puede comprobar por algunos salarios, que en otros me pagaban menos de lo que estaba estipulado y hasta el juez dice lo que debo de cobrar en varias sentencias...) nosotros seguiríamos ayudándote, que ahora no te va a contratar nadie aquí después del follón que has montado…”, y todo esto en palabras de mi familiar cercano más querido, etc., etc., ¡cuando yo estaba mal muy mal y muy desesperada…! ¿Qué querían, que siguiese así…aguantando y aguantando hasta que un día reventase e hiciese una barbaridad? Yo denuncié todo lo que denuncié por justicia, por moral y por mi honra… y no me dio la gana de dejarlo pasar, por muy mal que estuviese, por muy mal que me hubiesen dejado, por mucho que me hubiesen humillado, difamado (que para mí fue casi lo peor), por mucho que me hubiesen hundido, etc., etc., Lo que sí yo tuve la suerte fue de que a mí me ayudaron a salir del pozo en la asociación, mis médicos, sobre todo mi psicólogo, a quien le doy las gracias, porque creo que el hablar de tu acoso es la mejor terapia, sobre todo con gente acosada como tú, que ha vivido la misma problemática, por eso estoy convencida de que las asociaciones son importantes. También quiero dar las gracias a amigos viejos y de siempre, que gracias a dios recuperé por el camino, como si de hadas madrinas y pequeños duendes se tratase (aquí casi parafraseando la ponencia que Loli Conchado dio en la Escuela Universitaria de Relaciones Laborales de Ferrol, donde este año se hicieron unas jornadas sobre el acoso y donde Loli participó contando su caso en una ponencia muy bien titulada "De ogros y de duendes!), Amigos de verdad, con “a” mayúscula, que están ahí para lo que sea, y que sólo necesito descolgar el teléfono cuando estoy baja... y uff!!! Hoy ya llevo muchas llamadas, desde que abrí el correo y me encontré con el mensaje de Antonio… y durante una hora estuve sin estar en mí, incapaz de reaccionar, hasta que cogí el teléfono y llamé a mi Antonio querido, y ahí me desaté… Y también llamé a Aniña, y mi cielo no te sientas mal porque hiciste todo lo que estaba en tu mano, debemos comprender que cuando alguien no se deja ayudar es prácticamente imposible hacerlo... Eso sí, no hay que dejar de intentarlo, aunque resultemos pesados.

Pues ese que figura arriba en cursiva es el mensaje que me envió Antonio a mi correo esta mañana, éste que ahora reenvió llena de rabia e indignación una vez secas mis lágrimas, pues me propuse a mi misma un 8 de junio de este año que no volvería a llorar más, y menos en presencia de otros, pero es que a veces es imposible... hoy he llorado sola en mi casa, llena de múltiples sentimientos encontrados... ¡Y ES QUE ESTO ES INADMISIBLE!, hay que luchar contra esta lacra de la sociedad, hoy estoy llena de rabia, de impotencia, rota, brotan lágrimas de sangre de mis ojos... y no entiendo como los medios no se hacen el eco que se deberían hacer ( a primeros de agosto si mal no recuerdo salió un artículo sobre el acoso en el país en la sección de Galicia, artículo que se quedaba corto, muy corto… y también salió una entrevista con nuestro presidente y una acosada en la TVG, demasiado corta también a mi parecer, y cortada, y yo me pregunto: ¿Qué es lo que está pasando? ¿Tanto miedo hay a las instituciones, tanto miedo hay hacía las grandes empresas, tanto miedo tienen los empleados de las pequeñas que miran hacia otro lado mientras le hacen acoso a un compañero, tanto miedo hay a perder el trabajo, cosa que quizá entienda más, aunque lo que si no entiendo es la falta de honradez, mejor dicho de honra, tan poca dignidad queda en el género humano cuando se supondría que éste debería estar más desarrollado que en los oscuros años de la Edad Media, donde sí se peleaba por la honra? No soy un personaje salido de las novelas de Pérez-Reverte, ni pertenezco a la Edad Media, ni a la época victoriana, lo que si pertenezco es a mi época y aunque esté desfasada, como mujer y como persona lo que más valoro es mi honra, también el trabajo bien hecho y la verdad, pero MI HONRA por encima de todo, y que nadie me la pisotee... y eso dicho no solo por mí sino por mi psicólogo, que tantas y tantas veces me ha indicado que era por culpa de eso por lo que sufrí tanto tras un acoso tan dramático (¡qué me costo una enfermedad!)... y que por eso mismo luché tanto por mi honra, difamada, vilipendiada, arrastrada por el suelo, y esa lucha me trajo un precio muy alto, porque pasa factura, claro que la pasa... Hoy en día estoy diagnosticada de "Distimia", cuando antes no había padecido de ninguna enfermedad de este tipo, la distimia es una depresión en la que te sientes fatigado y sin ganas de nada y mucho más... durante unos dos años... Hoy en día mi médico dice en un informe que “la evolución del cuadro es favorable, sin sintomatología depresiva franca, y con buen control de la ansiedad, recomendando mi vuelta al trabajo”, pero todo esto desde que mi acoso empezó en junio del 2008 (me atrevería a decir que antes, pero ese antes no lo puedo probar, solo hablo de lo probado, así que imagínense ustedes por lo que he tenido que pasar), ya ha pasado un tiempo, y teniendo en cuenta que llevo de baja desde marzo del 2009 y estoy a punto de reincorporarme a mi trabajo. Hoy ya casi estoy llegando al final del proceso, pero hasta hoy ha sido duro, muy duro, durísimo, y sé que aún me queda mucho por andar... de hecho el primer año casi no salí de mi casa para nada, tenía fobias que hoy día voy superando, fobias tales como encontrarme por el centro de mi ciudad a alguno de los h---- de p--- responsables de mi acoso... Hasta me daba vértigo el bajar las escaleras de mi casa… Ahora ya se me están quitando todas las fobias y los vértigos... se van yendo gracias a que mantengo viva mi capacidad de resistencia y orgullo y de pisar las calles de mi ciudad con la cabeza bien alta, porque hoy me siento muy, pero que muy orgullosa de mi misma y de a donde he llegado, no sin sufrimiento, y no solo mío, lo único que lamento de todo este proceso es el sufrimiento que causas en los que más quieres cuando te ven así.

Hoy he vuelto a hacer ejercicio, a quererme, a salir, a tomar el sol, a respirar aire fresco y gozarlo en mis pulmones... Y he llegado muy lejos, a los tribunales incluso, para probarlo todo, pero cuando una, que he de decir que está prácticamente recuperada y a punto de volver al trabajo donde la han acosado, y sí, voy a volver, porque me he ganado mi derecho a trabajar allí y nadie me lo va a quitar mientras me queden las fuerzas suficientes para poder luchar por ello y por tantas y tantas injusticias sociales como la del acoso, yo sigo preguntándome: ¿Dónde están los hombres y mujeres con agallas, como los que yo conozco de la asociación AGACAMT (www.agacamt.org)?, ¿Es que no hay valor para enfrentarse a los acosadores, es que no hay hombres ni mujeres de verdad? ¿Es que hay que llegar a que una de nosotros, acosados, se suicide... y acabe llevando su suicidio al punto de no retorno... a la muerte... Casi a darle la razón al acosador/-es. ¡Ya está bien, hombre!, ¡ya está bien!, ¿cuántas personas más van a intentarlo y llegar a ese punto de no retorno... cuántas más... cuántas...?

Hoy no he podido salir a hacer ejercicio, no puedo ni hacerlo en casa, del mareo me caigo de la bici, no soy capaz de probar bocado… solo quería escribir esto y expresar de algún modo mi indignación, mi rabia, mi impotencia… ante algo que sé no va a acabar… si no ponemos remedio…

Hoy me quedaré en casa a llorar por nuestra compañera… hoy, que me levanté con ganas de irme a la playita a disfrutar, a ver a mi familia, a mi abueliña… , a mis perro queridos, a mis amigos, hoy me levanté llena de vida, y ahora hoy, hoy lloro la muerte de una de nosotros. Hoy la vida se me escapa un poco, aunque mañana regrese...

En homenaje a Yolanda, nuestra compañera que se suicidó en julio del 2010
12 de septiembre del 2010
Isla Fernández

lunes, 20 de septiembre de 2010

Coque Malla

A Coque Malla


Erase una vez una jovencita que vivía en una minúscula esquinita del norte, una provinciana, donde erase una vez que vino a tocar un joven envuelto en rock and roll llamado Coque Malla. Sin que él lo supiese, claro, ella había estado escuchando su música sin parar durante mucho, mucho tiempo, pero claro: ¿cómo lo iba a saber? si ni siquiera sabía que existía esta esquinita apartada del mundo. La joven estaba completamente enganchada a todas y cada una de las canciones del joven aunque maduro trovador, embelesada y profundamente enamorada de su voz y de sus letras. En especial le gustaba Berlín y La hora de los gigantes, ella se sentía reconocida completamente en esas canciones puesto que había sufrido un acoso laboral grave y al principio dejo de creer en sí misma hasta que remontó aquel cruel episodio de su vida. Las canciones del trovador Coque la llenaron de energía para seguir adelante y Hasta el final. Hoy en día la jovencita se siente completamente renovada, se ha convertido en un “gigante” a cada paso que da. Había dejado de escuchar música, se había envuelto en silencio y gracias al magnífico trovador volvió a escucharla. Ella siente que en cierta medida debe agradecerle el haberse levantado y gritado contra el silencio. El trovador acabo creando un monstruo sin saberlo, un “gigante”, que como él también se ha levantado y gritado contra el silencio Hasta el final. Ella también estuvo tiempo encerrada en su agujero… sin ganas de jugar… pero ahora tiene todas las ventanas abiertas y deja pasar esa luz tan hermosa por ellas… lo único en lo que difiere con el trovador es que ella nunca tiene demasiados caramelos…

El día que el trovador llegó, envuelto en rock and roll, con su pantalón ajustado, su chaleco negro, su barba de unos cuantos días y su pelo revuelto, ella estaba allí en la primera fila, llego tarde, como toda mujer que se precie, y no escuchó la mitad de Hasta el final… pero todo fue bien, pero que muy bien. Fue un gran placer escucharle en primera fila, desde donde se escondía tímida detrás de unas jovenzuelas agitadas, con su elefante-colgante de la suerte, esperando que se la trajese tan solo para que él la mirase y supiese lo que le había llegado al alma. Ella fue sola, porque así quería saborearlo, sola, sin la presencia de nadie que le pudiese apartar la mirada del trovador, de su voz y de sus movimientos. Él sonaba tan bien en directo como en el disco, incluso diría que mejor. Su voz le llegaba y a veces creía que su mirada se posaba en ella y le sonreía. Ella pensó que a un artista no solo lo hace la voz o una buena banda, sino también sus movimientos, su forma de expresarse en el escenario, pensaba que no tendría jamás palabras para explicar aquella noche en que él, el hombre de la hora de los gigantes, les había regalado a ella y a su público un espectáculo de puro rock and roll, de sensualidad y erotismo, con esa voz tan suya, que sin saber cómo envuelve tanto. Ella lo había descubierto tardíamente, con La hora de los Gigantes, y desde que lo descubrió nunca dejo de escucharlo y nunca lo hará. Tal vez sea esa mezcla de voz desgarrada que a la vez contiene algo infantil, ese algo que no ha perdido, aunque físicamente resulte un hombre canallesco, sólo a primera vista, de cerca parece más bien un golfo que encandila, pero esas letras… esas letras no dicen más que el que las escribe es un poeta, de alma y de corazón, un hombre sensual, y esos movimientos suyos… son de lo más erótico que ella había visto en su vida… y sabía que él lo sabía, y eso lo hacía y lo hace todavía más sensual, más erótico, y envicia, y cómo, y ella, que soy yo, te seguirá escuchando, llevando tu imagen clavada en mi retina, emocionándose y enviciándose contigo mientras tú sigas escribiendo y cantando, y te llevará contigo cuando vuelva al trabajo, para que no se haga tan duro, para que le des fuerza. Me hubiese gustado que tocases Hasta el Final otra vez… y otra y otra, y que me hicieses cerrar los ojos al sentirla, al sentirte… porque esa canción me ha ayudado mucho, no tienes ni idea de cuánto.

Te leí en una entrevista en la que decías que ibas viejo, aunque habías entrado bien en la cuarentena… chico… no vas viejo, vas maduro y la madurez ha añadido a esa rebeldía tuya una sensualidad y un erotismo que engancha… ¡y cómo!

Y menuda banda, y menudo acústico, y hermosísimas las nuevas canciones.¡Qué digo hermosísimas, ¡cojonudas!, ¿qué haces?, ¡ya!… ¡corre!… ¡publícalas de una vez!… regálame una…

Y a ti se te resbalarán los pantalones, que tuviste que abrocharte bien el pantalón, ¡delante de mí!, pero es que a mí, a mí lo que se me caían eran las bragas. Y te prometo que hace tiempo que no me pasaba eso, y también te juro que trabajo en un lugar repleto de hombres…de los que mis amigas dicen que son coto de caza, pero no son de los que a mí me atraen, a mí me gustan como tú, con sentimientos, con pensares, con el pelo más largo de lo normal, revuelto, que muevan el culo al compás de la música, que arrastren su cuerpo sin estirar… que se dejen llevar…

Biquiños desde mi esquinita del mundo en la que espero volver a verte algún día.

Tu agradecida admiradora,

Isla, la indómita ingenua explosiva, a quien nadie ha podido aún domar, aunque no me importaría que tú lo intentases…



...que los sueños no solo son sueños, a veces, si creemos como debemos en ellos, se hacen realidad... y quizá algún día vengas a domarme en el salón de mi casa con tu guitarra y tus canciones...
tal vez... sólo tal vez... me dejaría...

domingo, 19 de septiembre de 2010

Un trabajo para vivir, no para morir.Manuel Fernández Blanco

Interesante artículo de opinión del eminente psicólogo Manuel Fernández Blanco en La Voz de Galicia de hoy ¡¡¡!!!

http://www.facebook.com/l.php?u=http%3A%2F%2Fwww.lavozdegalicia.es%2Fopinion%2F2010%2F09%2F19%2F0003_8734302.htm&h=49ea9

El príncipe y los enanitos

El príncipe y los enanitos


Qué cosas más raras sueña una... Esta noche soñé con enanitos bailando a mi alrededor... lo que era raro es que en vez de calzas llevaban unos calzones blancos con topos de color rojo... A mí me entraba la risa al verlos de aquella guisa... pero baile con ellos el sonido del bosque… cuando se me aproximaron... vi algo en sus miradas que... y ¡oh dios mío!... ‎... estaban iracundos... y es que se aproximaba el príncipe encantador cargado con... se pusieron rojos de la ira... a punto de explotar... y ya sabéis lo que cuenta la leyenda sobre los enanitos...me eche a temblar mientras aquellos enanos nos lanzaban miradas acusadoras a una y al otro... parecía que quisieran matarnos... de pronto su ira se convirtió en...fuego y prendió sobre el bosque… menos mal que allí estaba mi “prince charming” (“mi príncipe encantador”, perdonad los que no conozcáis el idioma de Shakespeare pero es que hoy en día no sé puede ser princesa si no manejas el inglés), y oh lá lá (también hay que saber francés… gajes del oficio…) cargado con su manguera. En unos segundos que me parecieron interminables mi príncipe tomó su arma de batalla y se dispuso a apagar el fuego que amenazaba con extenderse por el bosque…

…cuando terminó de exprimir hasta la última gota de su manguera para cerciorarse de que todo estaba apagado y se había extinguido el fuego promovido por el foco… se volvió hacía mí, que permanecía allí de pie… incapaz de moverme… de repente, me fije en que no traía su real ropa, sino un mono de bombero, que iba dejando caer hasta un poco más debajo de la cintura enseñando sus marcados abdominales…

… se acercó más a mí, hasta el punto que su mirada penetró mi mirada con aquellos hermosos ojos pardos, y su boca… estaba muy cerca de la mía… no necesito decir palabra alguna… se dispuso a quitarse el buzo y…

…luego me abrazó entre sus fornidos brazos, tocó con sus dedos mis pómulos aún húmedos por las lágrimas que no me había dado cuenta manaban desde mis ojos hacía mi cuello y la curva de mis senos, y me besó las mejillas, lamió mi tristeza, luego se apoderó de mi boca, con dulzura primero y ávidamente después…

… hasta que yo, que tenía los ojos cerrados por el fragor de aquellos instantes, desperté… a la vida y me fije que mi príncipe encantador, que me había salvado del incendio, llevaba puestos unos calzones blancos con lunares rojos… y que también se encendía cada vez más, como los enanos, así que para apagar su sofocación, que iba en aumento, y que no tuviera inicio un foco más en aquel bosque, decidí devolverle el beso, que otra cosa iba a hacer, yo, que soy una amante de la naturaleza, no quería que ningún foco más se extendiese por mi bosque, y…

… colorín colorado que este cuento no se ha acabado…



Para Alejandro

Con las cejas levantadas

Con las cejas levantadas

Estoy pensando que hoy se me levantaron no una sino las dos cejas al ver al hombre más imponente que he visto en mi vida... detrás de mí, en el cajero... me sonrío y me miro el escote, y yo, yo no le pedí su teléfono... ¿y yo soy esa que va por ahí de mujer independiente y liberada? ¿A quién voy a engañar? ¡Estaba imponente! ¡Creerme!... ¡Muy bronceado!… ¡Pelo semilargo!…Mañana iré al mismo cajero y a la misma hora… a ver si hay suerte…

Hoy lo he vuelto a ver... no lo esperaba, ya que ayer no lo vi, así que como no pensaba que lo volviese a ver no llevaba escote, me maldije por ello. Al no ver mi generoso escote me miró a la cara. Sonrió, con una sonrisa aún más grande que la del día que había mirado la "v" de mis senos, envueltos en un sujetador "push up", ¡o ¿qué os creíais? ¿que no los iba a mejorar?! Luego se centró en mi boca, después en mis ojos…y luego me pidió…

… me pidió mi número…

… el de mi estilista, mi peluquera, mi dietista y el de mi entrenador personal…

…luego nos fuimos juntos…

…Y sucedió… ummmm… algo que yo ya no me esperaba…

…tomando un café…

…me dijo que…

…tenía pendiente un cambio de sexo, y que yo era su ideal a seguir una vez iniciada la hormonación… inmediatamente nos hicimos amigos, quiero decir…amigas… luego salimos enganchados de la cafetería y por enésima vez en mi vida volví a reconocer que las apariencias engañan y nada es lo que parece…

 Isla Fernández