sábado, 25 de septiembre de 2010

Tercer Grado a una Acosada

Tercer grado a una acosada


Así es como me siento desde junio del año pasado: ¡Acosada! ¡Acosada y también juzgada! Juzgada como si fuese una delincuente cuando es a mí a quien han hecho el daño. Fíjense bien en la mirada de Gene Tierney/ Laura. Mucha gente diría que esa mirada desafiante pertenece a una persona culpable. Pero los que somos inocentes y tenemos que probarlo sabemos muy bien que con frecuencia nos sale la mirada desafiante del que se sabe inocente, maltratado y vilipendiado, siendo muchos más los calificativos que aquí no cabrían, ya que llenarían páginas y páginas de los diarios más independientes de un país. Me identifico con la mirada de la mujer de la fotografía, desafiando a su acosador, porque yo soy así, me atreví a enfrentarme a él, a enfrentarme a tantas y tantas decisiones arbitrarias que yo consideré injusticias, a enfrentarme sencillamente a lo que no es de ley. En mi lucha particular, iniciada en completa soledad el año pasado, ya he lidiado unas cuantas batallas de las que he salido victoriosa, y sé que aún me queda un largo camino por delante, pero son esas, las pequeñas batallas, las que ganan una guerra. Y cuando tú eres la única persona que lucha en el campo de batalla contra un regimiento es difícil, la coraza protectora que usamos para parar los golpes se acaba resquebrajando y rompiendo, pero aún así sigues adelante, por honor, por justicia, por dignidad, y aunque esas sean palabras pasadas de moda en el vocabulario de una sociedad presidida por la corrupción y la mentira, yo, yo lucho por ellas, porque las siento muy presentes en mi diccionario personal. Además ahora ya no estoy sola, ahora cuento con el apoyo de una serie de personas que han sufrido directa o indirectamente una situación similar a la mía. Ahora que los he encontrado me siento arropada. Eso me da más fuerza.

Desde que todo comenzó llevo marcada a fuego esa mirada en mi mirada. A menudo me siento como Gene Tierney/ Laura cuando Dana Andrews/ Mark McPherson le está haciendo el tercer grado. Y me dan ganas como a ella de gritarle al mundo mi verdad. La única que existe. Quizá un día lo haga y me cobre con ello el sufrimiento por el que he pasado todo este tiempo. Laura tuvo suerte. Mark no fue su verdugo, ni su acosador, fue su juez, el que la creyó cuando le contó su verdad. También, para ser exactos, hay que decir que en la película Mark, a través de la lectura del diario y las cartas personales de Laura siente que esa mujer es inocente, se identifica con sus valores de lealtad, sana ambición, y sobre todo con la búsqueda del trabajo bien hecho que siempre había perseguido Laura. Mark no necesitó nada más. Tan solo la verdad, intima y desnuda. Y aunque una película es ficción, ¿cuántas veces esas ficciones que vivimos en el cine se parecen sorprendentemente a nuestras vidas?, y eso sin contar las que se basan en la realidad. Y como dijo el más conocido activista de los derechos humanos, Martin Luther King: “I have a dream… (Yo tengo un sueño…), pues como él yo también tengo un sueño. Yo sueño con tener la fuerza que me lleve a luchar contra la injusticia del acoso, contra la vulneración de los derechos fundamentales de las personas que simplemente quieren hacer bien su trabajo. Yo tengo un sueño, sueño con que los sistemas esclavistas encubiertos que nos quieren imponer algunos en nuestro ámbito laboral sean finalmente abolidos. Yo tengo un sueño y hay mucho trabajo por hacer, mucho… ¡Hagámoslo juntos!

Me han pasado muchas cosas este año y la mayoría de ellas nada buenas, pero lo peor ha sido que me hayan difamado como lo han hecho… Por un lado me importa una mierda porque yo sé como soy y mi conciencia está tranquila, pero te pueden hacer mucho daño con la mentira. ¿Recuerdan el dicho: “Difama que algo queda…"? Pues queda… y hay que ser muy valiente y consciente de quien eres tú como persona para sobrellevarlo trabajando en un ambiente hostil y difamatorio.

Desde muy niña he sentido verdadera fascinación por esta película y nunca supe el por qué. Tal vez fuese un presagio de lo que estaba por venir. ¿Por qué no me habrán fascinado más otras donde la heroína es una muchacha alegre y despreocupada a la que solo le pasan cosas que la hacen feliz? Aunque ahora, a costa de mil lágrimas de sangre que han forjado mi carácter actual de un solo golpe, sé que prefiero que el mío se parezca más al combativo de Laura que no al complaciente de Blancanieves.
Septiembre de 2009
Isla Fernández

2 comentarios:

  1. Vou enton a poñela o seu gusto miña nena bonitiña. Por certo que o teu cadro está a facer estragos. Todos os que o ven queren comprobar se é coma o orixinal, que supoñen son eu,;-)
    Querote moitísimo

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