domingo, 19 de septiembre de 2010

El príncipe y los enanitos

El príncipe y los enanitos


Qué cosas más raras sueña una... Esta noche soñé con enanitos bailando a mi alrededor... lo que era raro es que en vez de calzas llevaban unos calzones blancos con topos de color rojo... A mí me entraba la risa al verlos de aquella guisa... pero baile con ellos el sonido del bosque… cuando se me aproximaron... vi algo en sus miradas que... y ¡oh dios mío!... ‎... estaban iracundos... y es que se aproximaba el príncipe encantador cargado con... se pusieron rojos de la ira... a punto de explotar... y ya sabéis lo que cuenta la leyenda sobre los enanitos...me eche a temblar mientras aquellos enanos nos lanzaban miradas acusadoras a una y al otro... parecía que quisieran matarnos... de pronto su ira se convirtió en...fuego y prendió sobre el bosque… menos mal que allí estaba mi “prince charming” (“mi príncipe encantador”, perdonad los que no conozcáis el idioma de Shakespeare pero es que hoy en día no sé puede ser princesa si no manejas el inglés), y oh lá lá (también hay que saber francés… gajes del oficio…) cargado con su manguera. En unos segundos que me parecieron interminables mi príncipe tomó su arma de batalla y se dispuso a apagar el fuego que amenazaba con extenderse por el bosque…

…cuando terminó de exprimir hasta la última gota de su manguera para cerciorarse de que todo estaba apagado y se había extinguido el fuego promovido por el foco… se volvió hacía mí, que permanecía allí de pie… incapaz de moverme… de repente, me fije en que no traía su real ropa, sino un mono de bombero, que iba dejando caer hasta un poco más debajo de la cintura enseñando sus marcados abdominales…

… se acercó más a mí, hasta el punto que su mirada penetró mi mirada con aquellos hermosos ojos pardos, y su boca… estaba muy cerca de la mía… no necesito decir palabra alguna… se dispuso a quitarse el buzo y…

…luego me abrazó entre sus fornidos brazos, tocó con sus dedos mis pómulos aún húmedos por las lágrimas que no me había dado cuenta manaban desde mis ojos hacía mi cuello y la curva de mis senos, y me besó las mejillas, lamió mi tristeza, luego se apoderó de mi boca, con dulzura primero y ávidamente después…

… hasta que yo, que tenía los ojos cerrados por el fragor de aquellos instantes, desperté… a la vida y me fije que mi príncipe encantador, que me había salvado del incendio, llevaba puestos unos calzones blancos con lunares rojos… y que también se encendía cada vez más, como los enanos, así que para apagar su sofocación, que iba en aumento, y que no tuviera inicio un foco más en aquel bosque, decidí devolverle el beso, que otra cosa iba a hacer, yo, que soy una amante de la naturaleza, no quería que ningún foco más se extendiese por mi bosque, y…

… colorín colorado que este cuento no se ha acabado…



Para Alejandro

1 comentario:

  1. BUENO ME ENCANTO Y EL TOQUE DE HUMOR, AL FINAL ES QU ME REI DE LO LINDO JAJAAJA
    ERES TODA UNA ESCRITORA

    ResponderEliminar