Veamos: soy masoquista o sí soy masoquista... la respuesta es simple.... lean y juzgen:
Esta mañana me levanté muy alegre, con ganas de comerme al mundo y sobre todo decidida a emular a Bridget Jones y enrolarme otra vez en el gimnasio, porque como creo que ya dije me estoy cayendo a pedazos y eso que solo llevo un mes sin ir ( aquí debo decirles que siempre he sido una exagerada). Me encanta levantar pesas, aquí digamos que disfrazo un poco la verdad ( alguna vez la disfrazaré en este blog, o que se iban a pensar, que iba a ser siempre fiel a la realidad, supongo que con eso se aburrirían, y yo también), no es exactamente eso, que me guste levantar pesas, sino que lo que realmente me gusta es notar los resultados y ver mi carne dura y tonificada y ojalá que la viese más endurecida de lo que está. Pues bien, después de todo un día de trabajar sin parar y de no tener descanso para la mente (¡no saben lo que es eso! ¡a veces mi cerebro hecha más humo que una fábrica de algodón a comienzos de la Revolución Industrial en Manchester!), pues allí estaba yo, decidida a hacer más cardio que Bridget, ¿recuerdan la escena donde Bridget se baja de la bicicleta estática y casi le da un p´allá del mareo? esa no era Bridget, qué no les engañen, ¡era yo!. Yo con la presión baja, demasiado ejercicio en el cuerpo, ningun chico guapo ( ¡mejor! así no me tuvé que preocupar del aspecto de morcilla que sentía tenía embutida en mis nuevas mallas, que he comprado de una talla menos porque espero bajar esos cinco kilos que harían que pareciese una silfide y me quedase monísmo ese vestido rojo escotadísimo que pienso comprarme y ponerme en la boda de mi mejor amigo a finales de año) a quien mirar como si de a un jarrón bonito se tratase, las cotillas de siempre y mi monitor dándome caña, un día infernal de calor, y encima cuando quisé comprar un botellín en la máquina ésta no me devolvío a cambio de mi euro ni el agua ni el dinero y cuando se lo dije al monitor no se le ocurrío otra idea más que darme una de esas bebidas energéticas que hacen que el corazón se te salga por la boca, pensé que me iba a morir del acelerón que me pegó. Vamos, que como trasunto de Bridget Jones a la ferrolana no tengo precio...
¡Ah! y no sé crean que todo el ejercicio que va a consumir mi cuerpo para dejarlo apetitoso y duro es debido a que me guste un tipo del estilo de Daniel, guapísimo pero egoísta e insensible, alguien a quien se le haga cuesta arriba ocuparse de algo más que de sí mismo. A mí me gustan más bien del tipo de Mark, un tipo considerado, con educación, sensible y noble aunque a veces un poco más que corto, de esos que no ven las señales, es mi sino, cuando se dan cuenta el yogur ya está más que pasado, o no llegan a tiempo, o nunca se deciden, así que siempre voy completamente a destiempo en lo que el amor se refiere, y lo peor es que entre medias mis elecciones no son las más adecuadas. Me he prometido que esta vez no haya entremedias ni nada de eso, esta vez quizá Mr Darcy vea las señales, quizá me decida a hacer una hoguera y enviarle mensajes de humo.
Pero ¿saben lo más gracioso? Ya en casa, después de venir del gimnasio estoy reprimiendo mi deseo de atacar la nevera... ¡pero no lo haré! ¡me contendré!todo sea por Mr Darcy y la próxima vez que lo vea... Mientras tanto solo me queda trabajar en un ambiente atestado de hombres donde ninguno de ellos hace que se me levante la ceja... y es que estoy empezando a pensar que algo dentro de mi cabeza falla... a mis amigas les encantaría trabajar donde la menda, y a mí me gusta, pero porque me gusta mi trabajo, pero como ellas piensan yo no lo veo como terreno abonado de caza, y esto no en palabras salidas de mi boca sino en las de mi mejor amigo gay... ¿les he dicho que abandonó todo, su trabajo, su familia, su país, su país de adopción, para vivir a mil kilometros de todo y todos por amor, y está funcionando... ? Otro día les hablaré de él. Especie en vía de extinción, por eso lo quiero
¿Qué tal les va? han leído y juzgado. Seguro que ya tienen la respuesta.
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